Susurros…
27 de noviembre 2019
Susurros... es una exposición que muestra la naturaleza como una condición o realidad que compone y descompone todas las cosas, y en el centro de ella, el ser humano como uno de los requisitos para que se produzcan esas transformaciones.
Esta muestra reúne un conjunto de obras compuestas por dibujos, fotografías e instalación. A través de la ejecución de cada una de estas piezas, la artista hace una catarsis suscitada por experiencias vitales profundas que movilizan su memoria y enlazan el concepto de naturaleza con nuevos imaginarios a partir de escuchar, sentir y tocar. En este proceso introspectivo se entremezclan binarios como identidad-diversidad, presente-pasado, sentimiento-indiferencia y espiritualidad-materialidad.
Los dibujos están hechos con carbón de leña que data del siglo XVIII, extraído de excavaciones realizadas en la ciudad de Colonia en Alemania.
La antigüedad de este material genera en la artista una gran fascinación por su historia. Ella se pregunta de dónde viene este carbón, si era realmente madera, qué tipo de madera era, si procede de una devastación o si tal vez, en realidad, era un hueso quemado de una persona.
El bello contraste que se produce entre el negro del carbón sobre fondo de color claro y la intensidad del trazado hace que cada composición cobre vida y movimiento. Por ejemplo, en “Vor dem Regen” y “Vor dem Berg” los diferentes planos del paisaje tienen al horizonte como punto de referencia y muestran con suma expresión un panorama asolado, húmedo y gris, que evoca quizás, la huella de algún conflicto bélico o de la deforestación hecha por la mano del hombre.
Los dibujos con formatos largos, sostiene la artista, representan un desafío. Es una manera de vencerse a sí misma, superar un obstáculo, sobreponerse al dolor, de conquistar y trascender.
Las fotografías están impresas en tela, también en grandes formatos, y evocan el vínculo familiar y las vivencias del hogar, en especial, la antigua tradición en donde la novia tenía que llevar una dote para su matrimonio. En Europa, esta dote se componía de enseres, muebles y ropas aportados por la familia de la novia. La dote era hecha a mano generalmente por las madres, tías y abuelas. Mientras más grande era la dote, más reflejaba la riqueza de la familia, su credibilidad y su buena integración a la sociedad.
En cada composición, los detalles y símbolos unen elementos separados que nos pueden ayudar a comprender nuestra realidad manifestada y no manifestada. Despiertan nuestra memoria de la apatía y establecen vínculos con nuestras propias percepciones y vivencias pero sin intención de definirlas, solo de mostrarlas con la alternancia que hace crecer o disminuir los espacios que ocupan significado tanto fuera como dentro de nosotros.
Cada una de estas obras tienen una historia que contarnos, un mensaje que entregarnos, una llamada de atención hacia nuestro entorno o simplemente entabla una conversación con nuestro interior a través de susurros...
Margarita Grullón ADCA/AICA