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Dentro/Fuera | inés tolentino / ángel Urrely

29 de mayo 2019

Como medio y búsqueda, el artista puede recurrir a la obra de otros creadores para cambiar y hasta enriquecer su propia creación, su propio talento. La diferencia consiste en que raramente un artista lo hace abiertamente, como soporte válido de su trabajo e investigación teórico-práctica. ¡Cuántas veces hemos visto imitar a artistas ilustres, esperando que nadie percibirá la fuente de inspiración! Sin embargo, sucede que el genio ajeno alimente el ímpetu creador y lo convierta en una obra innovadora y original! Es el fenómeno de laapropiación, un proceso totalmente distinto y positivo.

 La apropiación es, como bien lo enunciaba Dominique Berthet, especialista martiniqueño de este tema: “un proceso activo, un acto voluntario, consciente, pensado, que releva de un cierto compromiso.” Podríamos decir, tomando ejemplos en esta exposición, que, al captar una casa, una fruta, un rostro, para (re)presentarlos en su cuadro, el pintor motivado se concentra en la obra de otro pintor, generalmente famoso y fallecido. La inspiración se vuelve reverencia, algo así: “ He descubierto que su obra es extraordinaria… la siento y la quiero modelo mío”.

 En el caso de los dibujos de Inés Tolentino y de Ángel Urrely, la apropiación es a la vez un encuentro programado y una reinvención total, un diálogo abierto y una lectura profunda. De manera evidente, cual un tributo rendido al maestro Peña Defilló, las obras “segundas” proponen un experimento innovador. Ambos artistas preservan sus rasgos propios, rehúsan la absorción pura y simple, desestiman límites espacio-temporales, en fin su trabajo se convierte en vibrante homenaje y memoria visual, libremente invocada, como Fernando Peña Defilló lo hubiera querido… Al  proponer una estética diversificada de la (re)presentación, tampoco eluden el contenido introspectivo en sus dibujos.

 Cada una de las obras proyecta la impronta de su creador, el goce que se apodera del artista en la etapa de la concepción y, tal vez más, en el proceso de ejecución, interviniendo la imaginación pero controlada por un propósito definido: se trata de una fantasía dirigida. El resultado es perfecto, el esmero de la ejecución insuperable -demostrando cómo triunfa en el mejor arte contemporáneo-.

 Inés Tolentino se adueña de elementos cotidianos, resucitando la “vida tranquila” (el término inglés “still life”aquí más corresponde que el de bodegón),  casi revelándonos cómo este género – objetos personales, frutas tropicales, flores del campo,- también le pertenecía a Papo. Afirmaba Jeannette Miller que su temática había ido desde la naturaleza hasta el hombre, deteniéndose en aspectos singulares de la idiosincrasia criolla. 

La artista trasciende la manufactura primigenia, modifica su presentación –respetuosamente siempre-, la integra en un dibujo palpitante, en el espacio de ella. Así sucedió con los tubos de pintura, que Papo, en el famoso “Autorretrato del rayo”, insertó en primer plano. Descartando estereotipo y repetición, cada una de las obras de Inés dicta, con esmero y precisión, metáforas recreativas distintas y las podría variar infinitamente, hasta alcanzar aun una visión onírica sin traicionar la percepción original. 

 ¡Las mariposas predilectas no podían faltar!. Inés Tolentino decía: “En mis dibujos y pinturas,propongo tantounainterpretación intimista de la casa y sus objetos simbólicos como una visión de la naturaleza tropical y el problema ecológico. Nunca falta el mensaje, a menudo plural –amor, dolor, peligros, creencias, sociedad, identidad-”. El compromiso de las ideas y la complejidad de la memoria son evidentes en esta serie de dibujos, donde también el cuerpo está presente.

 Y, a partir de “Paris 60”, una imagen tan contemplativa como impactante -departiendo en un café parisino Fernando Peña Defilló con Luis Feito y otro amigo-, Inés Tolentino, debajo del retrato que ella acrisola, parece, en un exquisito collage,  deshojar  pétalos y páginas de memorias penetradas de nostalgia. La factura estremecida del crayón, la versión singular del “modelo”, el colorido autónomo, el material ligero, se convierten en diálogos y sugerencias, recreando formas, espacios y atmósfera, indisociables en su poder de evocación.

 La generosidad del proceso recreador y la estética de la representación se observan igualmente en las obras de Ángel Urrelyy sus muy serios juegos de construcción. Disfrutamos la magia de un “reciclaje” apropiativo y metamorfosis especial, aplicados a la obra de Fernando Peña Defilló. Mucho más que una analogía, él propone entre experimentaciones y evasiones, una estrategia para dedicar su topografía urbana y habitacional al patrimonio histórico del maestro. Ángel Urrely, por íntima convicción artística, nunca pierde el contacto con la edificación –en sentido propio y figurado- , manteniendo una afinidad incuestionable con la geometría, las líneas, la perspectiva, las fuerzas ascendentes. Conceptualmente, en diseños fascinados y fascinantes, él  expresa permanentes y punzantes inquietudes, respecto al amurallamiento inexorable y la neo-desaparición de la naturaleza. 

Fernando Peña Defilló sufrió esta angustia hasta el rechazo total y se mudó definitivamente para Jarabacoa, los humildes techos criollos, el verdor de la montaña. Cuando él pintaba un hábitat, era la casa tradicional dominicana, modesta, campesina,  donde las puertas eran ventanas y las paredes tablas.… Ángel Urrely integró esta casa a su mundo de arquitectura utópica. A manera de revancha –utópica también-, la elevó en fortificación dentro de muros ciegos y enladrillados, la centró dentro de la multitud infinita de rascacielos, miniaturizados e insoportablemente anónimos,  o plasmó una alegoría del amanecer con elementos ornamentales republicanos, metáfora de esperanza radiante, dominando el mar de torres…

Lo expresaba Fernando Peña Defilló: “¿La deshumanización en todos los aspectos de la vida contemporánea, la desproporción del hombre y su hábitat no es acaso una evidente contradicción, mientras más grande es el local más pequeño es él que lo habita?”. No cabe duda de que las obras de Ángel Urrely lo confirman.

Marianne de Tolentino                                                                                                                                                              ADCA/AICA

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APERTURA EXPOSICIÓN "dentro/Fuera” Inés Tolentino / Ángel Urrely”

29 de Mayo 2019